12 de agosto de 2010

El Alcoholismo

En la actualidad existen diversas problemáticas sociales, con repercusiones fisiológicas y psíquicas, debidas a las conductas de los individuos que integran dichos grupos, y que alteran la vida cotidiana tanto de aquéllos que presentan los desórdenes, así como también a quienes los rodean y tienen una convivencia o cierta relación con estas personas. Me refiero, por ejemplo, a la toxicomanía o drogadicción, donde cabe el uso de drogas legales e ilegales, en otras palabras, las aceptadas por la sociedad y aquellas que son rechazadas por la misma; la prostitución o la delincuencia, entre algunas otras.

En esta  ocasión, me referiré más puntualmente al alcoholismo, ya que me parece un tema muy interesante por su elevado índice de incidencia, además de que  muchas veces es fomentado por la misma sociedad que lo condena, haciendo uso de la exhortación a la ingesta de bebidas alcohólicas con los mensajes que se manejan en los medios masivos de comunicación, o las costumbres de los pueblos, (en este caso mexicanos) como es que el beber se ha establecido como un elemento básico para la diversión en muchas situaciones, como en antros, en fiestas que van desde las muy ostentosas hasta las más sencillas. Aunado a esto, la predisposición psíquica que tienen las personas debido a factores que se explicarán más adelante desencadena entonces la problemática como tal, transformando así el sentido de esta sustancia para quienes se vuelven adictos a ella.

Para entender mejor la patología del alcoholismo, me parece conveniente muy a grandes rasgos algo de la teoría que existe acerca de las toxicomanías, puesto que el tema central es un rubro que pertenece a ellas.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la toxicomanía como un “hábito patológico de intoxicarse con sustancias que procuran sensaciones agradables o que suprimen el dolor”; mientras que la OMS (citada en Marchiori, 1990) se refiere a ella como un “invencible deseo o necesidad de seguir consumiendo una droga y procurársela por todos los medios” o también como una “dependencia de orden psíquico y a veces físico con respecto a los efectos de la droga. Sin embargo, algunos psicoanalistas opinan que más bien, las drogas son un objeto fetice y un objeto oral, considerando a los toxicómanos, por tanto, como personas perversas, psicópatas o melancólicas.

Sin embargo, desde un enfoque más psicofarmacológico, el tóxico ha demostrado ser tanto un remedio como un veneno, lo cual indica una gran ambigüedad y reversibilidad que ha infestado las   reflexiones en esta materia, siendo entonces el medicamento un suplente físico de lo psíquico ausente (Le Poulichet, 1994). Una última definición, que propone Rosenfeld para la drogadicción es que es “un intento de recuperar las primitivas sensaciones de rubicudinez y calor que da el contacto con la piel con la madre. Esto determina una compilación en la transferencia, en la medida que el paciente puede tender a equiparar las interpretaciones del analista a una droga en lugar de aceptarlas como algo que es equivalente al pecho originario, y no a un sustituto degradado y cosificado de una pastilla.

Esta definición hace referencia al objeto fetiche en que se convierten las drogas, a un objeto donde se descarga una pulsión parcial, de un todo diferenciado o escindido, que en este caso es la madre, cuyo pecho es significante de satisfactor de una necesidad primaria que es la alimentación, y donde el vínculo con la madre, que se refiere a la ternura, amor y todo lo demás que ella pueda depositarle queda de lado, es decir, el deseo que puede tener el sujeto por la madre queda escindido de la necesidad de saciar su hambre. Dice Maldonado que entonces, la madre resulta sustituible por el pecho como entidad independiente  o por sus sucedáneos, que pueden ser representados, para un bebé como el puro biberón que es el único objeto que sacia su apetito, y en el caso de los alcohólicos con la botella que le brinda el  alcohol. El objeto es reconocido tan sólo en lo que respecta a su función nutricia, pero esa satisfacción es aislada de los aspectos que otorga el vínculo.

Aquí les dejo un pequeño vídeo sobre el alcohol lo encontré en youtube y me pareció un buen mensaje sobre este tema que escogí

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